Entendemos la poesía como una forma de expresión que apela a la sensibilidad...
Proponemos que nos envien poesías indicando autor, titulo y referencias a:
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Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo
y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes"
a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el
trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos
sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música,
quien no encuentra gracia en si mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce
o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo
exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida
felicidad.
Pablo Neruda
Enviado por Ivan
Quiero saber si usted viene conmigo
a no andar y no hablar, quiero
saber si al fin alcanzaremos
la incomunicación: por fin
ir con alguien a ver el aire puro,
la luz listada del mar de cada día
o un objeto terrestre
y no tener nada que intercambiar
por fin, no introducir mercaderías
como lo hacían los colonizadores
cambiando baratijas por silencio.
Pago yo aquí por tu silencio.
De acuerdo: yo te doy el mío
con una condición: no comprendernos.
Pablo Neruda (El mar y las campanas)
Enviado por Fernando
Siento a veces que mis gestos
la voz, el pensamiento y aún este
cansancio,
son ya los de mi padre.
Que este cuerpo mío no lo perpetúa
sino que lo encarna;
que yo soy el hombre de más de
setenta años
que agobiado y lejos de donde vivo,
avanza al alba, insomne, lento, solo
y jadea su fatiga en un sillón en sombra
bajo el peso del dolor indeclinable,
de culpas que no han envejecido,
mientras siente con alivio que su hijo
en otros sitios, lejos de él,
ha ido más allá de su tormento,
doblegó los demonios,
no lo ha repetido.
Santiago Kovadloff
"en homenaje a Alfredo Eduardo Núñez (Pachy).
Mi hermano que amaba este poema".
Enviado por Mirta Núñez
Mail: mir@sinectis.com.ar
tan lejos de la idea
como de la palabra
hay exilios
invisibles
que recorren los amores
como un fantasma
que vive
de lo que callan
Rasia Friedler
rasiafriedler@netgate.com.uy
ORAÇÃO
DISSONANTE
A Astor Piazzola
Os artistas não deviam morrer.
Ia dizer, os grandes artistas,
mas, não, pensando bem,
todos os artistas,
mais que um, mais que cem,
até o mais canhestro, o mais mambembe,
o burlesco, o pastelão, todos, sem exceção.
Mas, no palco, marcando a ausência,
marcando a ausência de cadência,
as costas lisas do contrabaixo de pau,
brilhando no que resta da luz dos refletores,
apoiado, como um ator alquebrado,
na branca sequência das teclas tônicas do piano,
como um velho marujo sentado
em barril de Amontillado,
histórias extraordinárias de Poe, estranha nau.
Deslocada mesmo, só a caspa
no ombro esquerdo do sobretudo escuro,
aspa sombreada, tijolo, asfalto, muro,
que nem o vento cortante das esquinas nuas
dos fôlegos cantantes das estampas cruas
das noites de Buenos Aires em julho,
foi capaz de dissipar, de separar de todo lixo,
de todo entulho, mantendo a pompa
e a elegância, mantendo a circunstância
da estação portenha, da estação polar.
Adeus, Nonino, adeus!
Que Deus o tenha
no suor que vertes em notas de todas as cores.
Que o bandoneon te acompanhe sempre,
sempiterno, não importa para onde fores,
não importa em que plagas, em que algas,
não importa em que cicatrizes ou em que chagas,
em que claves, em que harmonias,
em que ausências, em que sequências
e em que constâncias, em que fantasias,
em que tonalidades, em que dissonâncias.
Adeus! Adeus, Nonino, adeus!
Um abraço carinhoso para todos vocês,amigos de sempre,
Sergio Perazzo
serzzo@terra.com.br
LOS JUSTOS
Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que decubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien ésta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando al mundo.
Jorge Luis Borges
Hemos llegado a una ciudad sagrada.
Preferimos ignorar su nombre:
Así le podemos dar todos los nombres.
No encontramos a quién preguntar
Por qué estamos solos en la ciudad sagrada.
No conocemos qué cultos se practican en ella.
Sólo vemos que aquí forman un solo filamento
El hilo que une toda la música del mundo
Y el hilo que une todo el silencio.
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites
Mario Benedetti
El pie del niño aún no sabe
que es pie,
y quiere ser mariposa o manzana.
Pero luego los vidrios y las piedras,
las calles, las escaleras,
y los caminos de la tierra dura
van enseñando al pie que no puede volar,
que no puede ser fruto redondo en una rama.
El pie del niño entonces
fue derrotado, cayó
en la batalla,
fue prisionero,
condenado a vivir en un zapato.
Poco a poco sin luz
fue conociendo el mundo a su manera,
sin conocer el otro pie, encerrado,
explorando la vida como un ciego.
Aquellas suaves uñas
de cuarzo, de racimo,
se endurecieron, se mudaron
en opaca substancia, en cuerno duro,
y los pequeños pétalos del niño
se aplastaron, se desequilibraron,
tomaron formas de reptil sin ojos,
cabezas triangulares de gusano.
Y luego encallecieron,
se cubrieron
con mínimos volcanes de la muerte,
inaceptables endurecimientos.
Pero este ciego anduvo
sin tregua, sin parar
hora tras hora,
el pie y el otro pie,
ahora de hombre
o de mujer,
arriba,
abajo,
por los campos, las minas,
los almacenes y los ministerios,
atrás,
afuera, adentro,
adelante,
este pie trabajó con su zapato,
apenas tuvo tiempo
de estar desnudo en el amor o el sueño,
caminó, caminaron
hasta que el hombre entero se detuvo.
Y entonces a la tierra
bajó y no supo nada,
porque allí todo y todo estaba oscuro,
no supo que había dejado de ser pie,
si lo enterraban para que volara
o para que pudiera
ser manzana.
Pablo Neruda
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